A Pinto le gusta pasearse por los tejados de las casas antiguas. Sale de noche y vigila el barrio.
Durante el día aprovecha cualquier rayo de sol para calentarse y dormir acurrucado sobre el cojín de la ventana. Su cojín está lleno de flores, como el jardín en el que nació. Un jardín que ya no existe, otro jardín perdido. Pero que era su hogar, con palmeras y laureles y un pozo. El jardín se llenaba de orejas de burro blancas como él.
A Pinto le gusta que lo pinten. Se queda ahí quieto y no dice nada. A él le gusta más la noche.
2022
90 x 90 cm
Acrílico sobre lienzo
Disponible
Durante el día aprovecha cualquier rayo de sol para calentarse y dormir acurrucado sobre el cojín de la ventana. Su cojín está lleno de flores, como el jardín en el que nació. Un jardín que ya no existe, otro jardín perdido. Pero que era su hogar, con palmeras y laureles y un pozo. El jardín se llenaba de orejas de burro blancas como él.
A Pinto le gusta que lo pinten. Se queda ahí quieto y no dice nada. A él le gusta más la noche.
2022
90 x 90 cm
Acrílico sobre lienzo
Disponible